martes, 5 de febrero de 2013

COMO EL TORO ME CREZCO EN EL CASTIGO

23

Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.

Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.

Como toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.

Miguel Hernández, El rayo que no cesa, 1936


HOMENAJE
Técnica mixta sobre lienzo
50*60




El 26 de abril de 1937, a las 6 de la tarde, la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana bombardearon Guernika, como apoyo a la sublevación franquista contra el gobierno de la 2º república, y provocando la muerte de 300 personas inocentes.

Picasso creó el Guernika en tan sólo dos meses, para ser expuesto en el pabellón de España de la Exposición Internacional de París del mismo año en que se produjo el bombardeo, y como propaganda a favor de la causa republicana. Sin embargo, el Guernika es mucho más que un libelo propagandístico o una obra de arte que plasme los horrores de la guerra. Eso sería demasiado simple. El Guernika no es sólo la obra pictórica cumbre del arte contemporáneo, sino también, y precisamente por eso, la obra pictórica que mejor ha sabido mostrar, y por tanto demostrar, la fragilidad del ser humano, y por contra, la posibilidad de crecerse en la derrota.

Como el toro, hemos nacido para el luto, pero como el toro, también nos crecemos ante el castigo, y eso nos convierte en dioses a pequeña escala. Auténticos demiurgos de nuestra propia felicidad.







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